Después de diez días en esta ciudad ya tengo más o menos mis directrices de este curso. Aquí no existe el concepto occidental de fin de semana. Así que trabajaré seis días a la semana repartidos entre el High School y el Júnior School. Tres días en semana recibo clases de yoga al alba y clases de inglés por la tarde. Voy al yoga en bicicleta y es muy divertido. Estoy disfrutando mucho.
Uno de los cambios más grandes que observo es el respeto generalizado de las personas. Sobretodo a los mayores, sean padres, familiares, conocidos o profesores. Me hace reflexionar sobre qué nos está sucediendo a los occidentales, que nos creemos superiores y estamos perdiendo los valores básicos para ser felices de verdad. Y no que sólo pensamos en una felicidad superflua que sirve de escudo para protegernos no sé de qué. Si tuviéramos esos principios claros no viviríamos con tanto miedo.
Aquí la gente es feliz, muy feliz y muy agradecida. ¡Cuánto tenemos que aprender de ellos!
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